Una vez despalillados los racimos, la uva es estrujada levemente para no romper el grano del racimo.
A continuación es impulsada a los depósitos maceradores donde se fermenta a una temperatura de 22º - 23º. Realizando un descube temprano, a veces sin terminar la fermentación para conseguir un vino más rojo con aromas mas afrutados.
Todo el proceso de este duro esfuerzo lo llamamos viticultura heroica.
Es imposible saber valorar el trabajo, si no se conoce de cerca el entorno del que proceden y de las características especiales que exige su producción.
La vendimia es quizás el momento en el que el trabajo de los viticultores se muestra en toda su dureza, observándoles portar la uva por las escarpadas laderas que rodean los cañones del río Sil.
